Instalación de bajadas de madera y cercas captoras para preservación de ecosistema

Con el fin de encontrar medidas paliativas para proteger el ecosistema costero ante el escenario del cambio climático, el Gobierno de Canelones ha colocado cercas captoras. Las cercas captoras son la poda fresca que los vecinos van desechando, atada con hilo sisal a lo largo de la faja costera. Esta intervención en conjunto con la voladura constante de arena por acción del viento, va depositando la arena en dichas cercas y lo que hace es regenerar un primer cordón dunar que frena la arena que vuela hacia los balnearios y que, a su vez, protege a la playa de la erosión que provocan las tormentas que cada vez son más frecuentes.

En el mismo sentido y con la intención de la preservación del ecosistema , desde 2007 se vienen instalando pasarelas de madera elevadas a lo largo de la costa canaria que lo que hacen es complementar las bajadas de hormigón ya existentes. Esta acción tiene como objetivos no cortar las dunas con el tránsito de personas hacia la playa, posibilitar la movilidad de la duna y el crecimiento de la vegetación costera lo cual permite la conservación de la biodiversidad del lugar.

Estas acciones son coordinadas por el Gobierno de Canelones con el Gobierno Nacional, los Municipios costeros y las Comisiones de Fomento locales. Se generan espacios abiertos de debate, talleres de sensibilización en los que participan vecinos y público en general.

Actualmente son 97 los accesos a la playa que la cuadrilla de gestión costera de la Dirección de Gestión Ambiental mantiene anualmente.

Este mantenimiento se realiza a partir del mes de setiembre debido al desagaste de las maderas por las tormentas, la salitre, o el vandalismo durante el invierno; razón por la cual esta puesta a punto
se realiza lo más próximo a la temporada.

El valor cada vez más estratégico que está teniendo la costa en el desarrollo del Uruguay, la sensibilidad ambiental que se debe atender sobre este frágil recurso, cada vez más presionado por el desarrollo urbano y turístico, obliga a que año a año la mirada sobre este rercuso debe ser más fina y atendiendo a una mayor diversidad. En esta línea, las dos últimas pasarelas de madera que se generaron tuvieron en cuenta la accesibilidad universal (Árbol de Judea en Atlántida y Calcagno en Ciudad de la Costa) para que todos puedan acceder a la playa.

 

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