La plaza Dámaso Antonio Larrañaga fue escenario de la 11ª edición de la Feria Floral de la ciudad de La Paz, una colorida fiesta que ya es un clásico intercambio cultural entre Japón y Uruguay.

Este tradicional evento, que desde hace varios años fue declarado de interés turístico por el Ministerio de Turismo, contó con una diversa programación que incluyó exposiciones, venta de plantas y flores, demostración de artes marciales, danza, muestras de ikebana (arreglos de flores) y bonsai, así como origami y caligrafía. También se pudo disfrutar de una ceremonia de té y tambores japoneses de Montevideo Yaiko.

En la inauguración de la feria estuvieron presentes el intendente de Canelones en funciones, Mtro. Tabaré Costa, el alcalde de La Paz, Dr. Bruno Fernández, el embajador de Japón, Tatsuhiro Shindo, el presidente de COFLORA, Gastón Muzuki, autoridades nacionales, departamentales y locales, vecinos y vecinas pacenses.

El alcalde del Municipio de la Paz, Bruno Fernández, expresó que es un verdadero honor recibir a la cultura japonesa que se ha constituido en la ciudad, “somos profundamente admiradores y hemos trabajado con ellos en este evento que año a año va floreciendo”.

El embajador de Japón, Tatsuhiro Shindo, resaltó que “es una alegría realizar la feria floral de la Paz, donde viven la mayoría de los inmigrantes japoneses que se dedican a la floricultura”. Además, indicó que esta fiesta “es un punto de encuentro de las dos culturas, donde se genera una sinergia para lograr un mayor acercamiento y afianzar los lazos de amistad”.

Por su parte, Tabaré Costa destacó que “es un gran placer poder tener esta fiesta de identidad japonesa. El Municipio de La Paz ha dado claras señales de fortalecer esta feria. Acá están los productores directos con sus stands, mostrando sus productos”.

Finalmente, habló de la importancia para el Gobierno de Canelones de realizar grandes acuerdos desde el punto de vista del intercambio comercial con el Gobierno de Japón.

Durante la jornada se plantó un árbol de sakura (cerezo), que es uno de los símbolos más conocidos de la cultura japonesa, como muestra de la amistad que existe entre ambas naciones.